El senador Alberto Castilla, a propósito de la conmemoración del día de las víctimas, recuerda las ideas y propuestas que produjeron el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y la vitalidad de este momento histórico que debemos recordar como país.
¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!
Jorge Eliecer Gaitán
De manera profética, Gaitán señalaba que el país, de no atender las profundas demandas de las mayorías trabajadoras y humildes, estaría inevitablemente condenado a la violencia y la guerra fratricida. Hoy, 72 años después de su asesinato a manos de quienes siguen conduciendo el país, sabemos que tenía razón. Ahí radica nuestra terca insistencia en seguir enarbolando las banderas de justicia, tierra, paz, trabajo y vida.
Estas fechas de conmemoración nos deben permitir releer las palabras, a la luz de los nuevos acontecimientos, de aquellos que lograron en su genialidad sintetizar las aspiraciones de quienes nunca han tenido un asiento en los grandes salones de banquetes y reuniones donde se ha decidido, desde la comodidad y el privilegio, determinar los rumbos de las naciones a costa del hambre de millones. Debemos dejar a un lado las consignas vacías y entender cuáles fueron sus aciertos para encontrar en nuestra historia los caminos del futuro que nos comprometemos a seguir construyendo hoy, a pesar de todas las adversidades.
Gaitán significó en la historia de nuestro país un punto de quiebre en la forma de hacer política, demostró en su camino que la plaza pública era el mejor espacio de deliberación, le devolvió a la gente la virtud del debate y enseñó con su ejemplo que la política debe estar al servicio de las necesidades colectivas y no para llenar las arcas individuales. Por ello lo asesinaron, para cerrar la puerta a la esperanza. Y así como quienes apretaron el gatillo por miedo a un cambio en 1948, son los mismos que lo siguen apretando hoy contra todo asomo de alternativa; 72 años después persiste en barrios y veredas la construcción heroica de hombres y mujeres humildes, con la certeza de que en lo colectivo, el amor y justicia social, está la llave para un país en condiciones de dignidad.
Hoy la pandemia que fantasmagóricamente recorre el mundo entero cobrando la vida de miles de personas, generando pánico colectivo de maneras nunca antes vistas, ha develado patéticamente el fracaso de un modelo de sociedad que no asegura ni las necesidades básicas de las mayorías, ni la felicidad de los corazones. Nos ha dado la razón cuando en nuestras consignas más básicas aseguramos que sembrar y cosechar alimentos es más importante que el oro; que garantizar la salud es más importante que asegurar lacrimógenos; que cuidar la vida es mejor que asegurar las balas que la ciegan. Sin duda alguna, esto era lo que Gaitán pregonaba.
No voy a enlistar las cifras de las y los líderes asesinados, ni tampoco el número de víctimas que han cobrado más de 70 años de guerra. Hoy necesitamos resaltar la vida, el trabajo colectivo, el amor a nuestra tierra, la pasión por buscar la esperanza aún cuando los gritos de la muerte nos rodean y ensordecen. Hoy necesitamos fortalecer nuestra raíz de dignidad que, a pesar de las tempestades, nos ha permitido mantenernos en pie, multiplicando retoños de futuro en medio de campos minados.
Necesitamos, como afirmaba Gaitán, restaurar la nación.
Hoy debemos recordar los ojos, las manos, las palabras y las historias de las personas que, como Gaitán y los miles de anónimos asesinados, sean aliciente en nuestra búsqueda de un porvenir distinto para quienes labramos y aseguramos la riqueza de nuestro país, porque para ellos y ellas será el futuro que día a día forjamos.
Seguiremos construyendo el poder del pueblo
Seguiremos manteniendo viva la memoria
Alberto Castilla
Senador del Polo Democrático Alternativo